Reflexiones al Mensaje del 25 de abril de 2008
BUSCA LA VOLUNTAD DE DIOS Y HAZ EL BIEN
"Queridos Hijitos. Los llamo a todos para crecer en el amor de Dios como la flor que siente los cálidos rayos de la Primavera. De esta manera también, hijitos míos, crezcan en el amor de Dios y llevenlo a todos aquellos que están muy lejos de Dios. Busquen la voluntad de Dios y hagan el bien a aquellos que Dios a puesto en su camino, y sean la luz y la alegría. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!" Mensaje del 25 de abril de 2008
En el principio del mensaje del 25 de abril de 2008, Nuestra Señora nos invita a crecer en el amor de Dios. Para crecer en el amor significa, abrirse a Dios como se abre una flor. Dejarlo que brille en nosotros, nos envuelva y nos cambie. Esto puede suceder solamente en una atmósfera de oración, porque la oración es como un canal, como un tubo a través de el cual Dios envía su amor y su misericordia a la tierra. La oración verdadera puede venir solamente del corazón que permite que la fuerza del amor de Dios nos envuelva e impregne. El amor de Dios puede cambiar solamente a la persona que ruega del corazón, con su ser entero. El amor de Dios busca la respuesta, y la respuesta es la fe. La Fe-con un corazón lleno de amor se puede comparar con la luz. Como la luz, la fe disipa la oscuridad, la angustia y la desesperación, da seguridad y fortaleza. De cierta manera, (la fe) aligera el camino de la gente que la tiene, y los lleva, como las nubes y el fuego que llevaron de día y de noche a los israelitas a través del desierto. Aquellos que esperan clara y tangiblemente la evidencia de la fe deben estar desepcionados, porque la fe está sobre cualquier prueba y argumentos. La fe no se puede medir solamente por el conocimiento, porque es sobretoda vida, es decir, que no siempre puede ser comprobada por medio del conocimiento. La fe se puede comparar con las estrellas que guían a los marineros por la noche. Las estrellas no aligeran las olas por las cuales los marineros navegan, pero les señalan el camino.
Nuestra señora nos invita a que busquemos la voluntad de Dios, y se nos revela a nosotros totalmente y solamente en el encuentro personal con Cristo. Solamente buscando y haciendo la voluntad del Señor puede llevarnos al Reino de Dios. Jesús dice: " No cualquiera que me diga “Señor, Señor”, entrará en le Reino de los Cielos; sino aquel que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (Mt 7.21). La voluntad de Dios es más importante que nuestra voluntad. Para buscar y hacer la voluntad de Dios no significa desorientarse o perder nuestra libertad – todo lo contrario, significa ser libres de la diaria esclavitud y del pecado. Significa conseguir la libertad de la prisión de los pequeños dioses como: poder, dinero, opinión de otra gente, etc. Otros dioses promenten mucho y no dan nada a cambio. Nuestra Señora aceptó la voluntad de Dios, ella estuvo conforme con servir solamente al Dios verdadero y hacer Su voluntad. Pronunciando solamente una palabra (fiat)- “hagase en mí”- ella cambió el curso de la historia, con la misericordia de Dios.
Haciendo la voluntad de Dios, entramos en una relación amistosa con Él. Cuando le dijeron este recado: “Tu Madre y tus hermnos te buscan allá afuera” Él respondió. ¿”Quiénes son mi madre y mis hermanos”?. Y dirigiendo su Mirada a los que estaban sentados alrededor de Él, dijo: “¡Estos son mi madre y mis hermanos! Porque el que hiciere la voluntad de Dios, ése será mi hermano, mi hermana y mi madre.” (Mk 3: 33-35).
Al final de su mensaje, Nuestra Señora nos invita a que hagamos bien a toda la gente y seamos la luz y la alegría. La luz y la alegría pueden ser solamente los que confirman el amor de Dios todos los días, como la Madre Teresa lo hizo. Para ser testigos, significa darse del todo y totalmente a las manos de Dios, dar por completo nuestro ser, vivir el mensaje del evangelio antes de que lo digamos a otros, vivir en el encuentro personal con Dios que se hizo hombre, para vivir en Jesucristo, que Murió y Resucitó.
Dejemos que María, la Madre de Cristo y Madre de la Iglesia, nos ayude a llevar el mensaje de la paz, alegría y perdón dondequiera que vayamos - el mensaje que cambiará al mundo.
Fra Danko Perutina
Medugorje, Marzo 26 del 2008