COMENTARIO DEL PADRE SLAVKO
Reflexiones al Mensaje del 25 de Abril de 1998
¡Queridos hijos! Hoy los invito a que, por medio de la oración, se abran a Dios como la flor se abre a los rayos matinales del sol. Hijitos, no teman. Yo estoy con
ustedes e intercedo por cada uno para que su corazón reciba el don de la conversión. Hijitos, únicamente así comprenderán la importancia de la gracia en estos
tiempos y Dios estará más cerca de ustedes.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Saludo a todos los que tratan de seguir los mensajes de Nuestra Señora y quiero de nuevo desearles una Feliz Pascua. Recordemos ahora los puntos principales del
mensaje del mes pasado que recibimos el 25 de Marzo, tiempo antes de la Pascua, esto es, en Cuaresma, y al mismo tiempo el día en que celebramos la
Anunciación a María. Había tres puntos fundamentales en el mensaje -- el llamado al ayuno y la renuncia, el llamado a orar y a que, en la oración, seamos capaces
de vencer nuestra propia voluntad a fin de descubrir la voluntad de Dios, y finalmente que lleguemos a ser apóstoles del amor. El ayuno es muy importante y esto no
podemos olvidarlo. Debemos decidirnos a ayunar. En el mensaje de Medjugorje, podría decirse también que se trata de "una vida de pan". El ayuno es bueno para
el cuerpo, el alma y la mente.
Por medio del ayuno y la oración, nuestra alma alcanza la libertad para crecer en la paz, el amor, la fe y la confianza. Cuando oramos y ayunamos, nos volvemos
más fuertes mentalmente. Es igualmente importante ser conscientes también de que Jesús dijo que cierta clase de demonios: "no sale sino a fuerza de oración y de
ayuno". María sabe lo que es bueno para nosotros. Por tanto, aún cuando no es necesariamente confortable, debemos decidirnos a escucharla. Cuando oramos y
ayunamos también vencemos nuestra propia voluntad y descubrimos así la Voluntad de Dios, que es el bien para nosotros. Pero a menudo tenemos miedo y
desconfiamos de Dios y la razón de este miedo y desconfianza proviene sólo de nuestro egoísmo, autosuficiencia y orgullo. Cuántas veces hemos sentido miedo y
desconfianza de Dios -- no porque hubiera en Él una razón, sino sólo porque nuestro egoísmo es la norma de nuestro criterio. De igual modo, muchas veces hemos
murmurado de otras personas simplemente por nuestra soberbia y orgullo. Frecuentemente, cuando decimos 'ése no es bueno' o 'aquél es malo', no es porque dicha
persona sea así en realidad, sino más bien por el criterio que nos hemos fijado por nuestra soberbia y orgullo. En esto debemos realmente ser cuidadosos y pedir a
Dios que nos libere de nuestra soberbia y orgullo y que libremente podamos reconocer Su voluntad. Esta es que todos estemos en paz, que tengamos buenas
relaciones con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con Dios. Sólo de este modo el hombre será capaz de vivir en paz. Nuestra propia voluntad a
menudo nos lleva a un desequilibrio. Dios quiere que vivamos en este mundo en la paz verdadera. Si aceptamos la voluntad de Dios, seremos apóstoles del amor.
Espero, por tanto, que durante este tiempo --de Pascua a Pentecostés-- oremos realmente para poder vencer nuestra propia voluntad y para que, en todas las
cosas, cooperemos con la voluntad de Dios.
Los videntes Vicka, Ivan, Mirjana e Ivanka están actualmente en casa y Jacov y Marija en Italia. Por el momento, Vicka vive un período de 45 días, durante los
cuales no tendrá apariciones de Nuestra Señora. No es la primera vez que Vicka tiene un intermedio en sus visiones. Ella no pudo darnos la razón para esta pausa y
sólo dice que María lo pide de ella. Así pues, tomemos esta noticia tal cual es.
El mensaje de María a nosotros en este mes, es primordialmente un nuevo llamado a abrirnos a Dios e inmediatamente nos dice cómo...
HOY LOS INVITO A QUE, POR MEDIO DE LA ORACION, SE ABRAN A DIOS
... por medio de la oración. Después, María usa una metáfora de la naturaleza.
COMO LA FLOR SE ABRE A LOS RAYOS MATINALES DEL SOL
La oración es el medio por el cual nos abrimos a Dios. ¿Cuántas veces se nos planea la pregunta, para qué debo abrirme a Dios? Aquí, de nuevo encontramos la
respuesta y ésta significa seguramente que, primero que nada, hay que decidirse a hacerlo. No se trata de un juicio, pero la mayoría de los cristianos católicos oran
demasiado poco. Una oración breve y rápida no es ciertamente el medio para que el corazón se abra al Señor. De ahí que para hacer el tipo de oración que María
pide de nosotros, primero tengamos que decidirnos a hacerla, luego tomarnos el tiempo y orar personalmente con el corazón, pero orar también en las familias y en
los grupos de oración. Mientras más llena de estrés y más ocupada sea nuestra vida, tanto más necesitamos de paz y tranquilidad. Aquí quisiera yo subrayar que
debemos ir más frecuentemente a hacer adoración al Santísimo Sacramento. Estar simplemente en la iglesia y delante del Santo de los Santos en silencio, estar ante
Dios--ESE es el propósito de la oración. No que hagamos algo de carrera y tan solo por unos momentos, o que lo hagamos porque lo percibimos como una
obligación, sino que a través de la oración estemos realmente frente a Dios y con Dios. Una de las más bellas definiciones de la oración es: "Pasar amorosamente el
tiempo delante de Dios". Por tanto, cuando María nos invita a abrirnos a Dios en la oración, debemos preguntarnos una vez más qué es lo que nos cierra a Dios o
qué es lo que nos distrae de hacer oración. Seguramente, cada uno podremos encontrar muchas respuestas y nunca llegará a sucedernos que hayamos avanzado
tanto en la oración que ya nada pueda distraernos. Con todo, simplemente tenemos que buscar la oportunidad para orar y aplicarnos en ir a la Misa, en leer la
Sagrada Escritura, en ir a la Adoración, en rezar el Rosario y simplemente encontrar el tiempo para estar con Dios.
La oración de la que habla María aquí es como una flor que se abre al sol. A la flor y al sol les basta con entrar en contacto una con otro. Todo lo demás en ese
contacto sucede por sí mismo. El crecimiento se vuelve entonces posible. Así ocurre también con nuestra oración y entre nosotros y Dios. Evidentemente, muchos
corazones hoy en día están cerrados. Mucha gente vive con miedo, desconfianza y más y más personas afirman que no le encuentran sentido a la vida. Todo eso es
consecuencia de una relación superficial con Dios. María nos dice...
HIJITOS, NO TEMAN
Alrededor de la Pascua y durante la Pascua oímos a menudo que Jesús dice a Sus Apóstoles: "No teman". Alguien hizo la cuenta y esta expresión de que no
debemos temer es usada en la Biblia 365 veces. María es nuestra Madre y el único mensaje nuevo de Medjugorje es que Ella nos dice...
YO ESTOY CON USTEDES
Cuando realmente creamos esto y lo entendamos con el corazón, no temeremos más. Aún cuando tengamos preocupaciones y, visto humanamente, incluso miedo a
alguna cosa, sabiendo que María está con nosotros, nuestro corazón reaccionará a su presencia y a su voz, y seremos liberados de cualquier temor. Especialmente
en estos tiempos modernos, es muy importante superar este temor--temor por nuestras vidas, temor por la familia, temor por la Iglesia y temor por el mundo. Es
triste que muchos que están involucrados en movimientos marianos estén tan heridos por este miedo. Muchos cristianos católicos propagan hoy en día una atmósfera
apocalíptica y haciéndolo así, sólo difunden más el miedo. Aquí en Medjugorje nunca hemos oído nada en los mensajes que nos indique que debamos tener miedo,
sino justamente todo lo contrario -- que no debemos temer, porque finalmente Dios es el Amo y Señor y Él lo transformará todo para bien. Por eso, quisiera que
todos nosotros -y especialmente quienes viven con temor- escuchemos estas palabras muy claramente -- NO TEMAN. Es María quien habla y cuando dice que
Ella está con nosotros, nos reitera que...
YO INTERCEDO POR CADA UNO
María es nuestra intercesora. Ella nos conoce a cada uno y Dios escuchará su oración. Esa es nuestra esperanza, pero esperamos también que cada uno de nosotros
escuche también cuando nos dice que oremos, cuando dice que nos abramos a Dios o cuando dice que debemos amar. No podemos comportarnos como esos
niños pequeños que esperan que la madre haga todo por ellos y que cuando la madre quiere que hagan algo por sí mismos, dejan de ayudarla. Para lograrlo,
debemos realmente vencer nuestro egoísmo y el estar centrados en nosotros mismos y cooperar con María. Ella ruega e intercede por nosotros ante Dios, pero
también nosotros debemos hacer todo lo posible para ayudar a que nuestros corazones se abran a la gracia. Ahora llegamos a una frase que se refiere a la
conversión. La conversión es un don, la conversión es una gracia. María intercede...
PARA QUE SU CORAZON RECIBA EL DON DE LA CONVERSION
Pero debemos tener un corazón abierto para poder recibir este don. Conversión significa luchar contra el pecado en nosotros y alrededor de nosotros, y en esta
lucha, apartarnos del mundo y convertirnos a Dios. Tristemente, esto puede hacer también que la gente se aparte. Las personas a menudo pueden estar tan volcadas
al mundo y a otros que llegan a sentir miedo de convertirse. Lo peor que una persona puede hacerse a sí misma es rechazar la gracia de la conversión y dejarse
esclavizar por el mundo al grado de que nunca llegue a experimentar la libertad de los hijos de Dios. Por eso entendemos que en muchos mensajes y, particularmente
en los primeros, María nos pida orar para que la gente que venga a Medjugorje se convierta. Primero dijo a la Parroquia que se convirtiera, para que también los
demás fueran capaces de convertirse también. Hemos visto y sabemos que esto implica un proceso. Implica un crecimiento. No nos toca a nosotros juzgar quién se
ha convertido o no, sino sólo orar para que nuestro propio corazón esté dispuesto a abrirse para recibir esta gran gracia y también los demás. Pero a menudo, la
gente se convierte sólo cuando se da cuenta de que ella sola, por sí misma es incapaces de seguir adelante. Por tanto, nuestros problemas, sufrimientos, conflictos y
carencias pueden de hecho ayudarnos a entender que, por nosotros mismos, somos incapaces de lograr nada. En esto podemos realmente encontrar la esperanza y
será una resurrección para todos nosotros. Nunca debemos perder la esperanza, aún cuando no tengamos éxito, sino más bien comenzar de nuevo cada día
confiando en Dios y comenzar otra vez dando pequeños pasos. Por eso es tan importante saber que María está con nosotros. Al final de este mensaje, Ella nos hace
conscientes de que...
UNICAMENTE ASI COMPRENDERAN LA IMPORTANCIA DE LA GRACIA EN ESTOS TIEMPOS
La gracia que Dios quiere darnos es importante. Y de nuevo, la gente puede cerrarse a esta gracia o bloquearla. Es tan triste que las personas a menudo no lo
entiendan. En un mensaje, María dijo que estamos construyendo un mundo sin Dios y esto significa que el hombre está una vez más en peligro de querer construir
para sí mismo, para su familia y el mundo una Torre de Babel, sin Dios, dependiendo únicamente de sus propias fuerzas, de su propio conocimiento y su propia
tecnología. Ciertamente es importante que le hombre trabaje y Dios le ha dado muchas, pero muchísimas posibilidades en lo material. El hombre sólo tiene que
descubrirlas y participar de ellas con amor y humildad. Pero comete un gran error cuando, a causa de sus avances tecnológicos, se deja distraer de Dios y quiere
independizarse de Él. Por eso estamos en peligro de no entender más lo importante que es la gracia en realidad. Pero seguramente vamos a orar por esta intención y
además...
DIOS ESTARA MAS CERCA DE USTEDES
... dice María al final del mensaje. Dios siempre está cerca del hombre, pero el hombre puede cerrarse a Dios, puede distraerse de Dios y puede alejarse de Dios.
Pero si aceptamos la gracia de la conversión, emprendemos al mismo tiempo el camino que nos acerca más a Él. Dios está cerca de nosotros con Su palabra, en la
Eucaristía, en la naturaleza entera, pero muy especialmente está cerca de nosotros en otras personas. En lo que concierne a la proximidad de Dios, a menudo somos
como aquellos que cuando tienen sus ojos cerrados se quejan de que no hay luz ni colores. Así que debemos salir de nosotros mismos, vencernos y finalmente saltar
nuestros propios muros. Entonces experimentaremos a Dios en todas partes, ¡porque EL ESTÁ en todas partes! Lo más hermoso que puede pasar a cualquiera es
poder estar continuamente en la presencia de Dios y Dios en él -- cuando trabaja, cuando descansa, cuando está a solas o con los amigos y que Dios esté siempre
en su corazón. Que cada uno de nosotros tengamos a Dios en nosotros, Su luz y Su amor en todo lo que decidamos, en todo lo que hagamos y digamos.
Y por esa Intención Vamos a Orar...
Dios, Padre nuestro, Te damos gracias por enviarnos a María, quien desea conducirnos a Ti. Con Ella Te pedimos, danos la gracia de que nuestro corazón se abra a
Ti en la oración. Danos la gracia de que nuestra oración se convierta en un amoroso pasar el tiempo delante de Ti, que nuestro corazón y nuestra alma lleguen a
gustar de estar delante de Ti como una flor ante los rayos del sol. Padre, envía el calor y el amor de Tu Espíritu a nuestro corazón y al corazón de todos los demás,
para que el hielo pueda derretirse y su frío desaparezca. Que Tu amor y Tu calor vengan a nosotros, a todos los hombres y desde todos nosotros regrese a Ti.
Libéranos, oh Padre, de cualquier temor y desconfianza para que estemos dispuestos a aceptar la gracia de la conversión. Perdónanos por no haber reconocido la
importancia de la gracia en estos tiempos y porque muchas veces Te hemos experimentado como un Dios distante. Abre nuestros ojos y nuestros corazones para
que podamos reconocerte en Tu palabra y en la Eucaristía, que podamos reconocerte en la naturaleza y de modo especial en todos los seres humanos con quienes
entremos en contacto. Especialmente, abre nuestro corazón a los más pequeños, a los pobres y a los enfermos, porque en ellos Te encontramos más fácilmente.
Bendice nuestras familias y a la Iglesia entera. Envía a Tu Espíritu, por intercesión de María, y renueva y refresca al mundo entero. Te damos gracias por ser nuestro
Padre, porque Tú deseas concedernos en este tiempo la gracia de ser leales a Ti para que podamos ser testigos de Tu amor, por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Fra. Slavko, Medjugorje,
Medjugorje, Abril 28 de 1998